viernes, 11 de septiembre de 2015

ACORDEÓN DE PALÍNDROMOS ERÓTICOS. Pere Ruiz. Introducción

El texto herido

La tragicoludolinguistica es la ciencia que estudia el fenómeno que producen los accidentes de algunas figuras retóricas, como los palíndromos, en la literatura actual.
De pequeños nos enseñan que hay que tener siempre mucho cuidado con lo que se dice y cómo se dice, pero con el tiempo nos damos cuenta de que ese consejo no se lleva a la práctica casi nunca y, por lo tanto, no importa demasiado ser político, catedrático o presentador de las noticias de televisión para hablar simple y llanamente mal.
El palindromista, empedernido jugador de palabras, se esfuerza porque su mensaje fluya ligero y suave, cual agua limpia y transparente. Al menos quien les habla tiene uno de sus mayores desvelos en conseguir la asepsia e inocencia aparente de la frase
simétrica.
Desde mi punto de vista el palíndromo ha de ser una inocentada cargada de intencionalidad. Ha de ser simétrico, pero no tiene por qué parecerlo. Ha de ser una espada aún pareciendo una escoba; un lobo con piel de cordero. La frase capicúa que llama la atención por su propia construcción gramatical forzosa, está accidentada. Las palabras heridas configuran un mensaje que, dañado en su función comunicativa, ha perdido gran parte de su valor literario.
He ahí uno de los grandes retos del palindromista: no herir al lenguaje.
Sólo para desdramatizar, explicaré una anécdota que viene a cuento y que le ocurrió a una amiga, estando el otro día de compras. El caso es que María entra en un comercio de artículos sexuales con idea de comprar algún deleite corporal. Tras unos instantes de atenta observación, por fin se encuentra con el objeto de su deseo. Es tal su contento que exclama al vendedor:

¡Olé, magno pene, póngamelo!¹

Éste, como experto profesional y mejor consejero, mostrándole un artículo similar que al lado del anterior está, le recomienda que lo escoja. Ella duda un instante, pero rápidamente se decide, tras escuchar el argumento del comerciante:

Dura más ésta, porque está más dura.²

Mi amiga va feliz con su compra y el otro queda pagado y satisfecho. Los palíndromos son, en este caso, lo de menos.

 ¹Palíndromo de Alexandre Beltrán.

 ²Palíndromo por palabras de Ramón Giné.

Del ACORDEÓN DE PALÍNDROMOS ERÓTICOS.
Pere Ruiz. 2008


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