Si para un solo autor ya es harto complicado escribir un texto palindrómico que tenga cierta coherencia, no exageramos al afirmar que este microrrelato, escrito a dúo, ha sido todo un desafío. Más aún si tenemos en cuenta que la narración, desde el principio y por turnos, debía ir encaminada al encuentro del palíndromo central que es la base de nuestro breve relato. Éste es el resultado.
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A Marta…
-Acre cae sacra pala, madame, lima el árido lodo-.
Terca la luna yace, sí, sola, evasiva. Yo, harto ya, tracé loca trama...
-¿Ha oído? ¡Ale! ¡Beba ya!- (mi copa sé nociva) -¡Lama de ella! ¡Mámela! ¡Sí, va!-.
El “ARSÉNICO COCINÉ SRA.” le avisa. Lema mal lee dama. La vi con esa pócima, ya bebe. La odio ¡Ah! A Marta colé carta y otra hoy avisa.
-¡Véalo! Si seca y anula lacre… todo lo dirá; lea mi lema, dama… la parca se acerca-.
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